Las Mascotas y tu bebé
Mascotas y tu bebé
La integración de nuestro recién nacido con el peludo de la casa es una de las preocupaciones más comunes de los padres con mascotas. Cómo se dará este acercamiento entre las mascotas y tu bebé, nos llena de dudas y temores por lo que pueda suceder.
Por esto, la cautela es nuestro primer consejo a la hora de presentar al miembro de cuatro patas con el nuevo miembro del hogar.
Sería buenísimo que el animalito y el bebé tuvieran química instantáneamente, pero existen riesgos que hay que considerar sobre todo en los primeros 12 meses del niño.
Un acercamiento progresivo y una observación sincera para ver si se trata de una mascota tranquila, agresiva o pacífica, serán cruciales cuando nos dispongamos a acercarla al bebé.
Los expertos del tema sostienen que, como los animales olfatean para reconocer a un individuo nuevo, lo más prudente es llevar el niño en brazos y que la mascota se acerque poco a poco, para asegurar que esa primera presentación sea exitosa.
No hay razón para que le prohíban jugar con él, siempre y cuando estés pendiente de lavar sus manos inmediatamente después del contacto, ya que los niños suelen llevarse las manos a la boca.
Realmente existen muchas ventajas de tener una mascota en casa a la hora de criar a un niño, una vez cumpla más de 12 meses, puedes permitirle compartir mucho más con el perrito, lo cual será una ayuda inmejorable para entretener a tu bebe.
Alergólogos señalan que la presencia de un animal en casa, sobre todo los caninos, puede ayudar a fortalecer el sistema inmune de los niños. Al generar en el ambiente microbios llamados endotoxinas que harán frente a los agentes encargados de desarrollar asma y afecciones respiratorias.
Sin embargo, es preciso tener en cuenta que las excepciones existen y que, en ese sentido, es posible que nuestro bebé sea vulnerable a la presencia de los pelos de una mascota porque producen en él dermatitis, rinitis alérgica o conjuntivitis.
De allí la recomendación enérgica de que el acercamiento sea paulatino. De esta manera, podremos darnos cuenta de cualquier reacción no deseada cada vez que lo acerquemos a la mascota, en este caso, siempre se debe acudir al médico. De no ser el caso, la cercanía entre el peludo y el niño se irá incrementando con mayor frecuencia sin ninguna preocupación.
Claro está, que mantener el orden en el espacio donde el bebé come y descansa limitando el acceso de la mascota es muy recomendable, separándolo de donde juegan y comparten, por lo menos hasta el tercer año del niño.
Si no se ha detectado ninguna reacción alérgica en el bebé, no hay razón para mantenerlo alejado del animalito. Al contrario, puedes enseñarles a ambos a interactuar, compartir y sobre todo a respetarse para tener un hogar de paz y sana convivencia entre todos tus seres amados y sobre todo para tu nuevo miembro.